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Éxodo 30:15-32 Dios Habla Hoy (DHH)

15. y al dar cada uno al Señor el rescate por su vida, ni el rico dará más de cinco gramos de plata, ni el pobre menos de cinco.

16. Así que recogerás la plata que los israelitas den como rescate por su vida, y la entregarás para el culto de la tienda del encuentro. Eso hará que el Señor se acuerde de los israelitas, y de que dieron el rescate por su vida.»

17. El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

18. «Haz una palangana de bronce, con su base del mismo metal, que sirva para lavarse; ponla entre la tienda del encuentro y el altar, y llénala de agua.

19. Aarón y sus hijos sacarán agua de allí para lavarse las manos y los pies.

20. Y se los lavarán cuando entren en la tienda del encuentro, y cuando se acerquen al altar para oficiar y presentar al Señor la ofrenda quemada. Así no morirán.

21. Para que no mueran, deberán lavarse las manos y los pies. Ésta será una ley permanente a través de los siglos para Aarón y sus descendientes.»

22. El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

23. «Escoge tú mismo las mejores plantas aromáticas: unos seis kilos de la mejor mirra, unos tres kilos de canela y unos tres kilos de caña aromática;

24. unos seis kilos de casia, pesados según el peso oficial del santuario, y tres litros y medio de aceite de oliva.

25. Haz con todo esto el aceite santo de consagrar, de la misma manera que un perfumero prepara sus perfumes. Éste será el aceite santo de consagrar,

26. y deberás derramarlo sobre la tienda del encuentro, el arca de la alianza,

27. la mesa con todos sus utensilios, el candelabro con sus utensilios, el altar del incienso,

28. el altar de los holocaustos con todos sus utensilios, y la palangana con su base.

29. Así los consagrarás y serán cosas santísimas; cualquier cosa que las toque, quedará consagrada.

30. »Derrama también de ese aceite sobre Aarón y sus hijos, para consagrarlos como mis sacerdotes,

31. y di a los israelitas lo siguiente: “A través de los siglos, éste será mi aceite santo de consagrar.

32. No lo derramen sobre cualquier hombre común, ni preparen otro aceite igual a éste. Es un aceite santo, y como cosa santa deben tratarlo.

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