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1 Samuel 6:7-21 Dios Habla Hoy (DHH)

7. Manden ustedes construir una carreta nueva; tomen después dos vacas que estén criando y que nunca hayan llevado yugo, y únzanlas a la carreta; pero no dejen que sus becerros las sigan, sino déjenlos en el establo.

8. Tomen luego el arca del Señor y pónganlo en la carreta, colocando a un costado, en una caja, los objetos de oro que le van a ofrecer en desagravio. Después dejen que la carreta se vaya sola.

9. Pero fíjense en esto: si la carreta toma la dirección de Bet-semes, su propia tierra, es que el Dios de Israel ha sido la causa de nuestra gran desgracia; en caso contrario, sabremos que no fue él quien nos castigó, sino que nos ha ocurrido un accidente.

10. Aquellos hombres lo hicieron así. Tomaron dos vacas que estaban criando y, después de encerrar sus becerros en el establo, las uncieron a la carreta;

11. luego pusieron el arca del Señor en la carreta, con la caja donde estaban los ratones de oro y las figuras de los tumores.

12. Después las vacas echaron a andar por el camino que va a Bet-semes, mugiendo y siguiendo una dirección fija, sin desviarse a ningún lado. Los jefes de los filisteos caminaron detrás de ellas hasta la frontera de Bet-semes.

13. Los habitantes de Bet-semes, que estaban en el valle cosechando el trigo, al alzar la vista y ver el arca se llenaron de alegría.

14. Cuando la carreta llegó al campo de Josué, el de Bet-semes, se detuvo. Allí había una gran piedra. Entonces los de Bet-semes hicieron leña con la madera de la carreta, y ofrecieron las vacas en holocausto al Señor.

15. Los levitas habían descargado ya el arca y la caja en que estaban los objetos de oro, colocándolos sobre la gran piedra; y ese día los habitantes de Bet-semes ofrecieron al Señor holocaustos y otros sacrificios.

16. Después de ver esto, los cinco jefes de los filisteos regresaron aquel mismo día a Ecrón.

17. Los cinco tumores de oro que los filisteos ofrecieron en desagravio al Señor, correspondían a Asdod, Gaza, Ascalón, Gat y Ecrón;

18. y el número de ratones de oro era igual al total de las ciudades filisteas de aquellos cinco jefes, contando tanto las ciudades fortificadas como las aldeas sin murallas. La gran piedra sobre la que pusieron el arca del Señor todavía puede verse en el campo de Josué, el de Bet-semes.

19. Pero el Señor hizo morir a algunos de los habitantes de Bet-semes por haber curioseado dentro del arca. Les quitó la vida a setenta hombres, y la población lloró por la gran mortandad que el Señor había causado entre ellos.

20. Entonces dijeron los habitantes de Bet-semes: «¿Quién se puede sostener ante el Señor, ante este Dios santo? ¿Contra quién irá cuando se aparte de nosotros?»

21. Y enviaron a los habitantes de Quiriat-jearim el siguiente mensaje: «Los filisteos han devuelto el arca del Señor; así que vengan a llevárselo.»

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