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1 Reyes 8:18-32 Dios Habla Hoy (DHH)

18. Sin embargo, el Señor le dijo: “Haces bien en querer construirme un templo;

19. pero no serás tú quien lo construya, sino el hijo que tendrás. Él será quien me construya el templo.”

20. »Pues bien, el Señor ha cumplido su promesa. Tal como dijo, yo he tomado el lugar de David, mi padre, y me he sentado en el trono de Israel y he construido un templo al Señor, el Dios de Israel.

21. Además, he destinado en él un lugar para el arca donde está la alianza que el Señor hizo con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto.»

22. Después se puso Salomón delante del altar del Señor, en presencia de toda la comunidad israelita, y extendiendo sus manos al cielo,

23. exclamó: «Señor, Dios de Israel: ni en el cielo ni en la tierra hay un Dios como tú, que cumples tu alianza y muestras tu bondad para con los que te sirven de todo corazón;

24. que has cumplido lo que prometiste a tu siervo David, mi padre, uniendo así la acción a la palabra en este día.

25. Por lo tanto, Señor, Dios de Israel, cumple también lo que prometiste a tu siervo David, mi padre: que no le faltaría un descendiente que, con tu favor, subiera al trono de Israel, con tal de que sus hijos cuidaran su conducta y se comportaran en tu presencia como él se comportó.

26. Así pues, Dios de Israel, haz que se cumpla la promesa que hiciste a mi padre, tu servidor David.

27. »Pero ¿será verdad que Dios puede vivir sobre la tierra? Si el cielo, en toda su inmensidad, no puede contenerte, ¡cuánto menos este templo que he construido para ti!

28. No obstante, Señor y Dios mío, atiende mi ruego y mi súplica; escucha el clamor y la oración que este siervo tuyo te dirige hoy.

29. No dejes de mirar, ni de día ni de noche, este templo, lugar donde tú has dicho que estarás presente. Escucha la oración que aquí te dirige este siervo tuyo.

30. Escucha mis súplicas y las de tu pueblo Israel cuando oremos hacia este lugar. Escúchalas en el cielo, lugar donde vives, y concédenos tu perdón.

31. »Cuando alguien cometa una falta contra su prójimo, y le obliguen a jurar ante tu altar en este templo,

32. escucha tú desde el cielo, y actúa; haz justicia a tus siervos. Condena al culpable, haciendo recaer sobre él el castigo por sus malas acciones, y haz justicia al inocente, según le corresponda.

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