Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

1 Reyes 2:23-37 Dios Habla Hoy (DHH)

23. Dicho esto, el rey Salomón juró por el Señor: «¡Que Dios me castigue con toda dureza, si esto que ha dicho Adonías no le cuesta la vida.

24. Juro por el Señor, que me ha colocado y confirmado en el trono de David mi padre y que me ha establecido una dinastía, que Adonías morirá hoy mismo!»

25. En seguida dio órdenes a Benaías, hijo de Joiadá, de matar a Adonías, y éste fue y lo mató.

26. En cuanto al sacerdote Abiatar, el rey le ordenó: «¡Lárgate a Anatot, a tus tierras! Mereces la muerte, pero no te mataré porque has transportado el arca del Señor delante de David, mi padre, y has sufrido las mismas penalidades que él.»

27. De este modo Salomón quitó a Abiatar del sacerdocio del Señor, y así se cumplió lo que el Señor había dicho en Siló en cuanto a la familia de Elí.

28. Joab se había puesto de parte de Adonías, pero no de parte de Absalón; así que cuando le llegó esta noticia a Joab, huyó al santuario del Señor y se refugió en el altar.

29. Pero informaron al rey Salomón de que Joab había huido al santuario del Señor, y de que se había refugiado en el altar. Entonces mandó Salomón a Benaías, hijo de Joiadá, que fuera a matarlo,

30. y Benaías fue al santuario y le dijo a Joab:—El rey ordena que salgas.Pero Joab contestó:—¡No! ¡Aquí moriré!Benaías fue al rey con la respuesta, y le contó lo que Joab le había respondido.

31. Entonces el rey contestó:—Démosle gusto. Mátalo y entiérralo, y borra de la casa de mi padre, y de mí también, la culpa de los asesinatos cometidos por Joab.

32. El Señor hará recaer sobre él la culpa de su propia muerte, porque, sin saberlo mi padre, Joab acuchilló a dos hombres más honrados y mejores que él: a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército israelita, y a Amasá, hijo de Jéter, jefe del ejército de Judá.

33. La culpa de su muerte recaerá sobre Joab y sobre su descendencia para siempre. Por el contrario, la paz del Señor estará siempre con David y su descendencia, y con su dinastía y su trono.

34. Entonces Benaías fue y mató a Joab. Y Joab fue enterrado en su casa, en el desierto.

35. Luego el rey puso a Benaías al mando del ejército en lugar de Joab, y al sacerdote Sadoc en lugar de Abiatar.

36. Después mandó llamar a Simí, y le ordenó:—Constrúyete una casa en Jerusalén, para que vivas allí. Pero no salgas de allí a ninguna parte,

37. porque el día que salgas y cruces el arroyo Cedrón, ten la seguridad de que morirás, y tú tendrás la culpa.

Leer capítulo completo 1 Reyes 2