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1 Reyes 18:20-33 Dios Habla Hoy (DHH)

20. Ahab mandó llamar a todos los israelitas, y reunió a los profetas en el monte Carmelo.

21. Entonces Elías, acercándose a todo el pueblo, dijo:—¿Hasta cuándo van a continuar ustedes con este doble juego? Si el Señor es el verdadero Dios, síganlo a él, y si Baal lo es, a él deberán seguirlo.El pueblo no respondió palabra.

22. Y Elías continuó diciendo:—Yo soy el único profeta del Señor que ha quedado con vida, en tanto que de Baal hay cuatrocientos cincuenta profetas.

23. Pues bien, que se nos den dos becerros, y que ellos escojan uno, y lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, pero que no le prendan fuego. Yo, por mi parte, prepararé el otro becerro y lo pondré sobre la leña, pero tampoco le prenderé fuego.

24. Luego ustedes invocarán a sus dioses, y yo invocaré al Señor, ¡y el dios que responda enviando fuego, ése es el Dios verdadero!—¡Buena propuesta! —respondió todo el pueblo.

25. Entonces Elías dijo a los profetas de Baal:—Escojan uno de los becerros, y prepárenlo primero, ya que ustedes son muchos. Luego invoquen a su dios, pero no enciendan fuego.

26. Así pues, ellos tomaron el becerro que se les entregó, y lo prepararon, y desde la mañana hasta el mediodía invocaron a Baal. Decían: «¡Contéstanos, Baal!», y daban pequeños brincos alrededor del altar que habían construido, pero ninguna voz les respondía.

27. Hacia el mediodía, Elías se burlaba de ellos diciéndoles:—Griten más fuerte, porque es un dios. A lo mejor está ocupado, o está haciendo sus necesidades, o ha salido de viaje. ¡Tal vez esté dormido y haya que despertarlo!

28. Ellos seguían gritando y cortándose con cuchillos y lancetas, como tenían por costumbre, hasta quedar bañados en sangre.

29. Pero pasó el mediodía, y aunque ellos continuaron gritando y saltando como locos hasta la hora de ofrecer el sacrificio, no hubo ninguna respuesta. ¡Nadie contestó ni escuchó!

30. Entonces Elías dijo a toda la gente:—Acérquense a mí.Toda la gente se acercó a él, y él se puso a reparar el altar del Señor, que estaba derrumbado.

31. Tomó doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien el Señor dijo que se llamaría Israel,

32. y construyó con ellas un altar al Señor; hizo luego una zanja alrededor del altar, donde cabrían unos veinte litros de grano,

33. y tras acomodar la leña, descuartizó el becerro y lo puso sobre ella.

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