Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Juan 4:4-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

4. En su camino tenía que pasar por la región de Samaria.

5. Llegó así a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob había dado en herencia a su hijo José.

6. Allí estaba el pozo que llamaban de Jacob. Cerca del mediodía, Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo.

7-8. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar algo de comer. En esto una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua, y Jesús le pidió:–Dame un poco de agua.

9. Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió:–¿Cómo tú, que eres judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?

10. Jesús le contestó:–Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.

11. La mujer le dijo:–Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua y el pozo es muy hondo: ¿de dónde vas a darme agua viva?

12. Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo, del que él mismo bebía y del que bebían también sus hijos y sus animales. ¿Acaso eres tú más que él?

13. Jesús le contestó:–Los que beben de esta agua volverán a tener sed;

14. pero el que beba del agua que yo le daré, jamás volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré brotará en él como un manantial de vida eterna.

15. La mujer le dijo:–Señor, dame de esa agua, para que no vuelva yo a tener sed ni haya de venir aquí a sacarla.

16. Jesús le dijo:–Ve a llamar a tu marido y vuelve acá.

17. –No tengo marido –contestó ella.Jesús le dijo:–Bien dices que no tienes marido,

18. porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es tu marido. Es cierto lo que has dicho.

19. Al oir esto, le dijo la mujer:–Señor, ya veo que eres un profeta.

20. Nuestros antepasados los samaritanos adoraron a Dios aquí, en este monte, pero vosotros los judíos decís que debemos adorarle en Jerusalén.

21. Jesús le contestó:–Créeme, mujer, llega la hora en que adoraréis al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén.

22. Vosotros no sabéis a quién adoráis; nosotros, en cambio, sí sabemos a quién adoramos, pues la salvación viene de los judíos.

23. Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán conforme al Espíritu de Dios y a la verdad. Pues así quiere el Padre que le adoren los que le adoran.

24. Dios es Espíritu, y los que le adoran deben hacerlo conforme al Espíritu de Dios y a la verdad.

25. Dijo la mujer:–Yo sé que ha de venir el Mesías (es decir, el Cristo) y que cuando venga nos lo explicará todo.

Leer capítulo completo Juan 4