23. Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán conforme al Espíritu de Dios y a la verdad. Pues así quiere el Padre que le adoren los que le adoran.
24. Dios es Espíritu, y los que le adoran deben hacerlo conforme al Espíritu de Dios y a la verdad.
25. Dijo la mujer:–Yo sé que ha de venir el Mesías (es decir, el Cristo) y que cuando venga nos lo explicará todo.
26. Jesús le dijo:–El Mesías soy yo, que estoy hablando contigo.
27. En esto llegaron sus discípulos. Se quedaron sorprendidos al ver a Jesús hablando con una mujer, pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería o de qué hablaba con ella.
28. La mujer dejó su cántaro y se fue al pueblo a decir a la gente:
29. –Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Mesías?
30. Entonces salieron del pueblo y fueron adonde estaba Jesús.
31. Mientras tanto, los discípulos le rogaban:–Maestro, come algo.
32. Pero él les dijo:–Yo tengo una comida que vosotros no sabéis.
33. Los dicípulos comenzaron a preguntarse uno a otros:–¿Será que le han traído algo de comer?