2. Además, los soldados tejieron una corona de espinas y la pusieron en la cabeza de Jesús, y le vistieron con una capa de color rojo oscuro.
3. Luego se acercaban a él, diciendo:–¡Viva el Rey de los judíos!Y le golpeaban en la cara.
4. Pilato volvió a salir y les dijo:–Mirad, os lo he sacado para que sepáis que yo no encuentro en él ningún delito.
5. Salió, pues, Jesús, con la corona de espinas en la cabeza y vestido con aquella capa de color rojo oscuro. Pilato dijo:–¡Ahí tenéis a este hombre!
6. Cuando le vieron los jefes de los sacerdotes y los guardias del templo, comenzaron a gritar:–¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!Pilato les dijo:–Pues lleváoslo y crucificadle vosotros, porque yo no encuentro ningún delito en él.
7. Los judíos le contestaron:–Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir porque se ha hecho pasar por Hijo de Dios.
8. Al oir esto, Pilato tuvo más miedo todavía.
9. Entró de nuevo en el palacio y preguntó a Jesús:–¿De dónde eres tú?Pero Jesús no le contestó nada.
10. Pilato insistió:–¿Es que no me vas a contestar? ¿No sabes que tengo autoridad, tanto para ponerte en libertad como para crucificarte?
11. Jesús le contestó:–Ninguna autoridad tendrías sobre mí, si Dios no te la hubiera dado. Por eso, el que me ha entregado a ti es más culpable de pecado que tú.
12. Desde aquel momento, Pilato buscó la manera de poner en libertad a Jesús; pero los judíos le gritaban:–¡Si le pones en libertad, no eres amigo del césar! ¡Todo el que se hace rey es enemigo del césar!