14. Además, el que había sido sanado estaba allí, con ellos, y por eso no podían decir nada en contra.
15. Entonces los mandaron salir de la reunión y se quedaron discutiendo unos con otros.
16. Decían:–¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Todos los habitantes de Jerusalén saben que han hecho esta señal milagrosa, y no lo podemos negar.
17. Pero a fin de que este asunto no siga corriendo de boca en boca, vamos a amenazarlos, para que de aquí en adelante a nadie hablen del nombre de Jesús.
18. Así que los llamaron y les ordenaron que no hablaran ni enseñaran nada acerca del nombre de Jesús.