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1 Reyes 8:18-37 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

18. Sin embargo, el Señor le dijo: ‘Haces bien en querer construirme un templo;

19. pero no serás tú quien lo construya, sino el hijo que tendrás. Él será quien me construya el templo.’

20. “Pues bien, el Señor ha cumplido su promesa. Tal como dijo, yo he tomado el lugar de David, mi padre, y me he sentado en el trono de Israel y he construido un templo al Señor, el Dios de Israel.

21. Además he destinado en él un lugar para el arca donde está el pacto que el Señor hizo con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto.”

22. Después se puso Salomón delante del altar del Señor, y en presencia de toda la comunidad israelita extendió sus manos al cielo

23. y exclamó: “Señor, Dios de Israel: ni en el cielo ni en la tierra hay un Dios como tú, que cumples tu pacto y muestras tu bondad para con los que te sirven de todo corazón;

24. que has cumplido lo que prometiste a tu siervo David, mi padre, uniendo así en este día la acción a la palabra.

25. Por lo tanto, Señor, Dios de Israel, cumple también lo que prometiste a tu siervo David, mi padre: que no le faltaría un descendiente que, con tu favor, subiera al trono de Israel, con tal de que sus hijos cuidaran su conducta y se comportaran en tu presencia como él se comportó.

26. Así pues, Dios de Israel, haz que se cumpla la promesa que hiciste a mi padre, tu servidor David.

27. “Pero ¿será verdad que Dios puede vivir sobre la tierra? Si el cielo, en toda su inmensidad, no puede contenerte, ¡cuánto menos este templo que he construido para ti!

28. No obstante, Señor y Dios mío, atiende mi ruego y mi súplica; escucha el clamor y la oración que este siervo tuyo te dirige hoy.

29. No dejes de mirar, ni de día ni de noche, este templo, lugar donde tú has dicho que estarás presente. Escucha la oración que aquí te dirige este siervo tuyo.

30. Escucha mis súplicas y las de tu pueblo Israel cuando oremos hacia este lugar. Escúchalas en el cielo, lugar donde vives, y concédenos tu perdón.

31. “Cuando alguien cometa una falta contra su prójimo y se le obligue a jurar ante tu altar en este templo,

32. escucha tú desde el cielo, y actúa; haz justicia a tus siervos. Condena al culpable, haciendo recaer sobre él el castigo por sus malas acciones, y haz justicia al inocente, según le corresponda.

33. “Cuando el enemigo derrote a tu pueblo Israel por haber pecado contra ti, si luego este se vuelve a ti, y alaba tu nombre, y en sus oraciones te suplica en este templo,

34. escúchale tú desde el cielo, perdona su pecado, y hazle volver al país que diste a sus antepasados.

35. “Cuando haya una sequía y no llueva porque el pueblo pecó contra ti, si luego ora hacia este lugar, y alaba tu nombre, y se arrepiente de su pecado a causa de tu castigo,

36. escúchale tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel, y enséñales el buen camino que deben seguir. Envía entonces tu lluvia a esta tierra que diste en herencia a tu pueblo.

37. “Cuando en el país haya hambre, o peste, o las plantas se sequen por el calor, o vengan plagas de hongos, langostas o pulgón; cuando el enemigo rodee nuestras ciudades y las ataque, o cuando venga cualquier otra desgracia o enfermedad,

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