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Mateo 9:5-22 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

5. ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados quedan perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’?

6. Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados.Entonces dijo al paralítico:–Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

7. El paralítico se levantó y se fue a su casa.

8. Al ver esto, la gente tuvo miedo y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres.

9. Al salir Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:–Sígueme.Mateo se levantó y le siguió.

10. Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos cobradores de impuestos, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos.

11. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:–¿Cómo es que vuestro maestro come con los cobradores de impuestos y los pecadores?

12. Jesús los oyó y les dijo:–Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos.

13. Id y aprended qué significan estas palabras de la Escritura: ‘Quiero que seáis compasivos, y no que me ofrezcáis sacrificios.’ Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.

14. Los seguidores de Juan el Bautista se acercaron a Jesús y le preguntaron:–Nosotros y los fariseos ayunamos con frecuencia: ¿Por qué tus discípulos no ayunan?

15. Jesús les contestó:–¿Acaso pueden estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Pero llegará el momento en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.

16. “Nadie remienda un vestido viejo con un trozo de tela nueva, porque lo nuevo encoge y tira del vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor.

17. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, y tanto el vino como los odres se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en odres nuevos, para que se conserven ambas cosas.”

18. Mientras Jesús les estaba hablando, llegó un jefe de los judíos, se arrodilló ante él y le dijo:–Mi hija acaba de morir, pero si tú vienes y pones tu mano sobre ella, volverá a la vida.

19. Jesús se levantó, y acompañado de sus discípulos se fue con él.

20. Entonces una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con hemorragias, se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su capa.

21. Porque pensaba: “Con solo tocar su capa quedaré sana.”

22. Pero Jesús, volviéndose, vio a la mujer y le dijo:–Ánimo, hija, por tu fe has quedado sanada.Y desde aquel momento quedó sana.

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