9. Porque yo mismo estoy bajo órdenes superiores, y a la vez tengo soldados bajo mi mando. Cuando a uno de ellos le digo que vaya, va; cuando a otro le digo que venga, viene; y cuando ordeno a mi criado que haga algo, lo hace.
10. Al oir esto, Jesús se quedó admirado y dijo a los que le seguían:–Os aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe como este hombre.
11. Y os digo que muchos vendrán de oriente y de occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos;
12. en cambio, los que deberían estar en el reino serán arrojados a la oscuridad de fuera. Allí llorarán y les rechinarán los dientes.
13. Luego Jesús dijo al centurión:–Vete a tu casa y que se haga tal como has creído.En aquel mismo momento, el criado quedó sanado.
14. Jesús fue a casa de Pedro, donde encontró a la suegra de este en cama, con fiebre.
15. Le tocó Jesús la mano y la fiebre desapareció. Luego se levantó y se puso a atenderlos.
16. Al anochecer llevaron a Jesús muchas personas endemoniadas. Con una sola palabra expulsó a los espíritus malos, y también curó a todos los enfermos.
17. Esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el profeta Isaías: “Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.”
18. Jesús, viéndose rodeado por la multitud, ordenó pasar a la otra orilla del lago.
19. Se le acercó entonces un maestro de la ley, que le dijo:–Maestro, deseo seguirte adondequiera que vayas.
20. Jesús le contestó:–Las zorras tienen cuevas, y las aves, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.
21. Otro, que era uno de sus discípulos, le dijo:–Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.
22. Jesús le contestó:–Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.