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Mateo 8:1-10 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

1. Cuando Jesús bajó del monte, le seguía mucha gente.

2. En esto se le acercó un hombre enfermo de lepra, que se puso de rodillas delante de él y le dijo:–Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.

3. Jesús lo tocó con la mano, y dijo:–Quiero. ¡Queda limpio!Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad.

4. Jesús añadió:–Mira, no se lo digas a nadie. Pero ve, preséntate al sacerdote y lleva la ofrenda ordenada por Moisés; así sabrán todos que ya estás limpio de tu enfermedad.

5. Al entrar en Cafarnaún, un centurión romano se le acercó para hacerle un ruego.

6. Le dijo:–Señor, mi asistente está en casa enfermo, paralítico, sufriendo terribles dolores.

7. Jesús le respondió:–Iré a sanarlo.

8. –Señor –le contestó el centurión–, yo no merezco que entres en mi casa. Basta que des la orden y mi asistente quedará sanado.

9. Porque yo mismo estoy bajo órdenes superiores, y a la vez tengo soldados bajo mi mando. Cuando a uno de ellos le digo que vaya, va; cuando a otro le digo que venga, viene; y cuando ordeno a mi criado que haga algo, lo hace.

10. Al oir esto, Jesús se quedó admirado y dijo a los que le seguían:–Os aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe como este hombre.

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