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Mateo 23:2-17 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

2. “Los maestros de la ley y los fariseos son los encargados de interpretar la ley de Moisés.

3. Por lo tanto, obedecedlos y haced todo lo que os digan. Pero no sigáis su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra.

4. Atan cargas pesadas, imposibles de soportar, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que ellos mismos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo.

5. Todo lo hacen para que la gente los vea. Les gusta llevar sobre la frente y en los brazos cajitas con textos de las Escrituras, y vestir ropas con grandes borlas.

6. Desean los mejores puestos en los banquetes, los asientos de honor en las sinagogas,

7. ser saludados con todo respeto en la calle y que la gente los llame maestros.

8. “Pero vosotros no os hagáis llamar maestros por la gente, porque todos sois hermanos y uno solo es vuestro Maestro.

9. Y no llaméis padre a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el que está en el cielo.

10. Ni os hagáis llamar jefes, porque vuestro único Jefe es Cristo.

11. El más grande entre vosotros debe servir a los demás.

12. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.

13. “¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que cerráis a todos la puerta del reino de los cielos. Ni vosotros entráis ni dejáis entrar a los que quisieran hacerlo.

15. “¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que recorréis tierra y mar para ganar un adepto, y cuando lo habéis ganado hacéis de él una persona dos veces más merecedora del infierno que vosotros mismos.

16. “¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: ‘El que hace una promesa jurando por el templo no se compromete a nada; el que queda comprometido es el que jura por el oro del templo.’

17. ¡Estúpidos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo por el que el oro queda consagrado?

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