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Mateo 23:16-30 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

16. “¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: ‘El que hace una promesa jurando por el templo no se compromete a nada; el que queda comprometido es el que jura por el oro del templo.’

17. ¡Estúpidos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo por el que el oro queda consagrado?

18. También decís: ‘El que hace una promesa jurando por el altar no se compromete a nada; el que queda comprometido es el que jura por la ofrenda que está sobre el altar.’

19. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar por el que la ofrenda queda consagrada?

20. El que jura por el altar, no solo jura por el altar sino también por todo lo que hay encima de él;

21. y el que jura por el templo, no solo jura por el templo sino también por Dios, que vive allí.

22. Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Dios mismo, que se sienta en él.

23. “¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que separáis para Dios la décima parte de la menta, del anís y del comino, pero no hacéis caso de las enseñanzas más importantes de la ley, como son la justicia, la misericordia y la fidelidad. Esto es lo que se debe hacer, sin dejar de hacer lo otro.

24. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello!

25. “¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que limpiáis por fuera el vaso y el plato, pero por dentro estáis llenos de lo que habéis obtenido con el robo y la avaricia.

26. Fariseo ciego, ¡limpia primero el vaso por dentro, y así quedará limpio también por fuera!

27. “¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que sois como sepulcros blanqueados, hermosos por fuera pero llenos por dentro de huesos de muerto y toda clase de impurezas.

28. Así sois vosotros: por fuera, ante la gente, parecéis buenos, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y maldad.

29. “¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que construís los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos funerarios de los hombres justos,

30. y luego decís: ‘Si hubiéramos vivido en los tiempos de nuestros antepasados, no los habríamos ayudado a matar a los profetas.’

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