11. Preguntaron a Jesús:–¿Por qué dicen los maestros de la ley que Elías tiene que venir primero?
12. Él les contestó:–Es cierto que Elías ha de venir primero y ha de poner todas las cosas en orden. Pero ¿por qué dicen las Escrituras que el Hijo del hombre ha de sufrir y ser despreciado?
13. En cuanto a Elías, yo os digo que ya vino, y que le hicieron todo lo que quisieron, como dicen las Escrituras que le había de suceder.
14. Cuando regresaron a donde estaban los discípulos, los encontraron rodeados de una gran multitud, y algunos maestros de la ley discutían con ellos.
15. Al ver a Jesús, todos corrieron a saludarle llenos de admiración.
16. Él les preguntó:–¿Qué estáis discutiendo con ellos?
17. Uno de los presentes contestó:–Maestro, te he traído aquí a mi hijo, porque tiene un espíritu que le ha dejado mudo.
18. Dondequiera que se encuentre, el espíritu se apodera de él y lo arroja al suelo; entonces echa espuma por la boca, le rechinan los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que expulsen ese espíritu, pero no han podido.