3. Entonces, entre cuatro, le llevaron un paralítico.
4. Pero como había mucha gente y no podían llegar hasta Jesús, quitaron parte del techo encima de donde él estaba, y por la abertura bajaron en una camilla al enfermo.
5. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo al enfermo:–Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.
6. Algunos maestros de la ley que estaban allí sentados pensaron:
7. “¿Cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Nadie puede perdonar pecados, sino solamente Dios.”
8. Pero Jesús se dio cuenta en seguida de lo que estaban pensando y les preguntó:–¿Por qué pensáis así?
9. ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: ‘Tus pecados quedan perdonados’ o decirle: ‘Levántate, toma tu camilla y anda’?
10. Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados.Entonces dijo al paralítico:
11. –A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
12. El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí a la vista de todos. Así que todos se admiraron y alabaron a Dios diciendo:–Nunca habíamos visto nada semejante.