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Lucas 9:34-50 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

34. Mientras hablaba, una nube los envolvió en sombra; y al verse dentro de la nube, tuvieron miedo.

35. Entonces de la nube salió una voz que dijo: “Este es mi Hijo, mi elegido. Escuchadle.”

36. Después que calló la voz, vieron que Jesús estaba solo. Ellos guardaron esto en secreto, y por entonces no contaron a nadie lo que habían visto.

37. Al día siguiente, cuando bajaron del monte, una gran multitud salió al encuentro de Jesús.

38. En esto, un hombre de en medio de la gente gritó con voz fuerte:–¡Maestro, por favor, mira a mi hijo, el único que tengo!

39. Un espíritu se apodera de él, y de repente le hace gritar, retorcerse violentamente y echar espuma por la boca. Lo está destrozando, porque apenas se separa de él.

40. He rogado a tus discípulos que expulsen ese espíritu, pero no han podido.

41. Jesús contestó:–¡Oh gente sin fe y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros y soportaros? Trae aquí a tu hijo.

42. Cuando el muchacho se acercaba, el demonio lo arrojó al suelo y le hizo retorcerse con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu impuro, sanó al muchacho y lo devolvió a su padre.

43. Todos se quedaron admirados de la grandeza de Dios.Mientras todos seguían asombrados por lo que Jesús había hecho, dijo él a sus discípulos:

44. –Oíd bien esto y no lo olvidéis: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.

45. Pero ellos no entendían estas palabras, pues Dios no les había permitido entenderlo. Además tenían miedo de pedirle a Jesús que se las explicase.

46. Por aquel entonces, los discípulos se pusieron a discutir quién de ellos sería el más importante.

47. Jesús, al darse cuenta de lo que estaban pensando, tomó a un niño, lo puso junto a él

48. y les dijo:–El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me envió. Por eso, el más insignificante entre todos vosotros, ese será el más importante.

49. Juan le dijo:–Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero como no es de los nuestros se lo hemos prohibido.

50. Jesús le contestó:–No se lo prohibáis, porque el que no está contra nosotros está a nuestro favor.

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