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Lucas 22:26-46 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

26. Pero vosotros no debéis ser así. Al contrario, el más importante entre vosotros tiene que hacerse como el más joven, y el que manda tiene que hacerse como el que sirve.

27. Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que sirve? ¿No es acaso el que se sienta a la mesa? En cambio yo estoy entre vosotros como el que sirve.

28. “Vosotros habéis estado siempre conmigo en mis pruebas.

29. Por eso yo os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,

30. y comeréis y beberéis a mi mesa en mi reino, y os sentaréis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.”

31. Dijo también el Señor:–Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como a trigo;

32. pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.

33. Simón le dijo:–Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y hasta a morir contigo.

34. Jesús le contestó:–Pedro, te digo que hoy mismo, antes que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces.

35. Luego Jesús les preguntó:–Cuando os envié sin bolsa ni provisiones ni sandalias, ¿acaso os faltó algo?Ellos contestaron:–Nada.

36. Entonces les dijo:–Ahora, en cambio, el que tenga bolsa, que la traiga, y también provisiones; y el que no tenga espada, que venda su abrigo y se compre una.

37. Porque os digo que ha de cumplirse en mí lo que dicen las Escrituras: ‘Y fue contado entre los malvados’. Porque todo lo que de mí está escrito ha de cumplirse.

38. Ellos dijeron:–Señor, aquí hay dos espadas.Y él contestó:–Ya basta.

39. Luego salió Jesús y, según su costumbre, se fue al monte de los Olivos. Los discípulos le siguieron.

40. Al llegar al lugar, les dijo:–Orad, para que no caigáis en tentación.

41. Se alejó de ellos como a distancia de un tiro de piedra, y se puso a orar de rodillas,

42. diciendo:–Padre, si quieres, líbrame de esta copa amarga; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

43. [En esto se le apareció un ángel del cielo, que le daba fuerzas.

44. En medio de un gran sufrimiento, Jesús oraba aún más intensamente, y el sudor le caía al suelo como grandes gotas de sangre.]

45. Cuando se levantó de la oración fue a donde estaban los discípulos, y los encontró dormidos, vencidos por la tristeza.

46. Les dijo:–¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para que no caigáis en tentación.

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