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Lucas 2:18-36 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

18. y todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores.

19. María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente.

20. Los pastores, por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho.

21. A los ocho días circuncidaron al niño y le pusieron por nombre Jesús, el mismo nombre que el ángel había dicho a María antes de que estuviera encinta.

22. Cuando se cumplieron los días en que ellos debían purificarse según manda la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor.

23. Lo hicieron así porque en la ley del Señor está escrito: “Todo primer hijo varón será consagrado al Señor.”

24. Fueron, pues, a ofrecer en sacrificio lo que manda la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.

25. En aquel tiempo vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo, que adoraba a Dios y esperaba la restauración de Israel. El Espíritu Santo estaba con él

26. y le había hecho saber que no moriría sin ver antes al Mesías, a quien el Señor había de enviar.

27. Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús entraban para cumplir con lo dispuesto por la ley,

28. Simeón lo tomó en brazos, y alabó a Dios diciendo:

29. “Ahora, Señor, tu promesa está cumplida:ya puedes dejar que tu siervo muera en paz.

30. Porque he visto la salvación

31. que has comenzado a realizarante los ojos de todas las naciones,

32. la luz que alumbrará a los paganosy que será la honra de tu pueblo Israel.”

33. El padre y la madre de Jesús estaban admirados de lo que Simeón decía acerca del niño.

34. Simeón les dio su bendición, y dijo a María, la madre de Jesús:–Mira, este niño está destinado a hacer que muchos en Israel caigan y muchos se levanten. Será un signo de contradicción

35. que pondrá al descubierto las intenciones de muchos corazones. Pero todo esto va a ser para ti como una espada que te atraviese el alma.

36. También estaba allí una profetisa llamada Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era muy anciana. Se había casado siendo muy joven y vivió con su marido siete años;

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