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Juan 5:7-25 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

7. El enfermo le contestó:–Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Para cuando llego, ya se me ha adelantado otro.

8. Jesús le dijo:–Levántate, recoge tu camilla y anda.

9. En aquel momento el hombre recobró la salud, recogió su camilla y echó a andar. Pero como era sábado,

10. los judíos dijeron al que había sido sanado:–Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla.

11. El hombre les contestó:–El que me devolvió la salud me dijo: ‘Recoge tu camilla y anda.’

12. Ellos le preguntaron:–¿Quién es el que te dijo: ‘Recoge tu camilla y anda’?

13. Pero el hombre no sabía quién le había curado, porque Jesús había desaparecido entre la multitud.

14. Después, en el templo, Jesús se encontró con él y le dijo:–Mira, ahora que ya has recobrado la salud no vuelvas a pecar, no sea que te pase algo peor.

15. El hombre se fue y dijo a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud.

16. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

17. Pero Jesús les dijo:–Mi Padre no cesa de trabajar y yo también trabajo.

18. Por eso los judíos tenían aún más ganas de matarle, porque no solo no observaba el mandato sobre el sábado, sino que además se hacía igual a Dios al decir que Dios era su propio Padre.

19. Jesús les dijo: “Os aseguro que el Hijo de Dios no puede hacer nada por su propia cuenta; solo hace lo que ve hacer al Padre. Todo lo que el Padre hace, lo hace igualmente el Hijo.

20. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; y le mostrará cosas aún más grandes, que os dejarán asombrados.

21. Pues así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, también el Hijo da vida a quienes quiere dársela.

22. Y el Padre no juzga a nadie, sino que ha dado a su Hijo todo el poder de juzgar,

23. para que todos den al Hijo la misma honra que dan al Padre. El que no honra al Hijo tampoco honra al Padre, que lo ha enviado.

24. “Os aseguro que quien presta atención a mis palabras y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ha pasado de la muerte a la vida.

25. Os aseguro que viene la hora, y es ahora mismo, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan vivirán.

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