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Juan 20:8-24 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

8. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo que había pasado y creyó.

9. Y es que todavía no habían entendido lo que dice la Escritura, que él tenía que resucitar.

10. Luego los discípulos regresaron a casa.

11. María se quedó fuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó a mirar dentro

12. y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies.

13. Los ángeles le preguntaron:–Mujer, ¿por qué lloras?Ella les dijo:–Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.

14. Apenas dicho esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, aunque no sabía que fuera él.

15. Jesús le preguntó:–Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo:–Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, para que yo vaya a buscarlo.

16. Jesús entonces le dijo:–¡María!Ella se volvió y le respondió en hebreo:–¡Rabuni! (que quiere decir “Maestro”).

17. Jesús le dijo:–Suéltame, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios.

18. Entonces fue María Magdalena y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también lo que él le había dicho.

19. Al llegar la noche de aquel mismo día, primero de la semana, los discípulos estaban reunidos y tenían las puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo:–¡Paz a vosotros!

20. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor.

21. Luego Jesús dijo de nuevo:–¡Paz a vosotros! Como el Padre me envió a mí, también yo os envío a vosotros.

22. Dicho esto, sopló sobre ellos y añadió:–Recibid el Espíritu Santo.

23. A quienes perdonéis los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonéis, les quedarán sin perdonar.

24. Tomás, uno de los doce discípulos, al que llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús.

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