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Hechos 5:3-21 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

3. Pedro le dijo:–Ananías, ¿cómo dejaste que Satanás entrase en tu corazón para que te hiciera mentir al Espíritu Santo quedándote con parte del dinero que te pagaron por el terreno?

4. ¿Acaso el terreno no era tuyo? Y puesto que lo vendiste, ¿no era tuyo el dinero? ¿Cómo se te ocurrió hacer eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

5. Al oir esto, Ananías cayó muerto. Y todos los que lo supieron se llenaron de miedo.

6. Vinieron entonces unos jóvenes, envolvieron el cuerpo y se lo llevaron a enterrar.

7. Como unas tres horas después entró la esposa de Ananías, sin saber lo que había sucedido.

8. Pedro le preguntó:–Dime, ¿vendisteis el terreno en el precio que habéis declarado?–Sí, en ese precio –contestó ella.

9. Pedro le dijo:–¿Por qué os pusisteis de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? Ahí llegan los que llevaron a enterrar a tu esposo, y ahora van a llevarte también a ti.

10. En aquel mismo momento, Safira cayó muerta a los pies de Pedro. Cuando los jóvenes entraron la encontraron muerta, y se la llevaron a enterrar al lado de su esposo.

11. Todos los de la iglesia y todos los que supieron lo ocurrido se llenaron de temor.

12. Por medio de los apóstoles se hacían muchas señales y milagros entre la gente, y todos se reunían en el pórtico de Salomón.

13. Ninguno de los demás se atrevía a juntarse con ellos; sin embargo, la gente los estimaba mucho.

14. Y aumentó el número de personas, tanto hombres como mujeres, que creían en el Señor.

15. Y sacaban los enfermos a las calles, poniéndolos en camas y camillas para que, al pasar Pedro, al menos su sombra cayera sobre alguno.

16. También de los pueblos vecinos acudía mucha gente a Jerusalén trayendo enfermos y personas atormentadas por espíritus impuros. Y todos eran sanados.

17. El sumo sacerdote y los del partido saduceo que estaban con él se llenaron de envidia,

18. y apresaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública.

19. Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel, los sacó y les dijo:

20. “Id, y puestos de pie en el templo contad al pueblo todo lo referente a esta vida nueva.”

21. Conforme a estas palabras, al día siguiente entraron temprano en el templo y comenzaron a enseñar. Mientras tanto, el sumo sacerdote y los que estaban con él llamaron a todos los ancianos israelitas a una reunión de la Junta Suprema, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles.

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