Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 5:17-36 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

17. El sumo sacerdote y los del partido saduceo que estaban con él se llenaron de envidia,

18. y apresaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública.

19. Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel, los sacó y les dijo:

20. “Id, y puestos de pie en el templo contad al pueblo todo lo referente a esta vida nueva.”

21. Conforme a estas palabras, al día siguiente entraron temprano en el templo y comenzaron a enseñar. Mientras tanto, el sumo sacerdote y los que estaban con él llamaron a todos los ancianos israelitas a una reunión de la Junta Suprema, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles.

22. Pero cuando los guardias llegaron a la cárcel no los encontraron. Así que volvieron con la noticia,

23. diciendo:–Hemos encontrado la cárcel perfectamente cerrada y a los soldados vigilando ante las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro.

24. Oyendo estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes se preguntaban en qué pararía aquel asunto.

25. En el mismo momento llegó uno que les dijo:–Los que vosotros metisteis en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo.

26. El jefe de la guardia, junto con los guardias, fue a buscarlos; pero no los maltrataron, porque tenían miedo de ser apedreados por la gente.

27. Al llegar, los llevaron ante la Junta Suprema, y el sumo sacerdote les dijo:

28. –Os habíamos prohibido terminantemente enseñar nada relacionado con ese hombre. Y vosotros, ¿qué habéis hecho? ¡Habéis llenado toda Jerusalén con vuestras enseñanzas, y encima queréis echarnos la culpa de la muerte de ese hombre!

29. Pedro y los demás apóstoles contestaron:–Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los hombres.

30. El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, el mismo a quien vosotros matasteis colgándolo de una cruz.

31. Dios lo ha levantado a su derecha y le ha hecho Guía y Salvador, para que la nación de Israel se convierta a Dios y reciba el perdón de sus pecados.

32. De esto somos testigos nosotros, y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a quienes le obedecen.

33. Al oir esto, se enfurecieron y querían matarlos.

34. Pero en la Junta Suprema había un fariseo llamado Gamaliel, que era un maestro de la ley muy respetado por el pueblo. Este se puso en pie y mandó que por un momento sacaran de allí a los apóstoles.

35. Luego dijo a las demás autoridades:–Israelitas, tened cuidado con lo que vais a hacer con esos hombres.

36. Recordad que hace algún tiempo se levantó Teudas, alegando ser alguien importante, y unos cuatrocientos hombres le siguieron. Pero a este lo mataron, sus seguidores se dispersaron y allí acabó todo.

Leer capítulo completo Hechos 5