20. No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
21. Las autoridades los amenazaron, pero los dejaron libres. No encontraban cómo castigarlos, porque toda la gente alababa a Dios por lo sucedido.
22. El hombre sanado de este modo milagroso tenía más de cuarenta años.
23. Una vez en libertad, Pedro y Juan fueron a reunirse con sus compañeros y les contaron todo lo que los jefes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho.