9. Los que iban conmigo vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
10. Pregunté: ‘¿Qué debo hacer, Señor?’, y el Señor me dijo: ‘Levántate y sigue tu viaje a Damasco. Allí se te dirá todo lo que debes hacer.’
11. Como la luz me había dejado ciego, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco.