25. Pero ahora que ha llegado la fe ya no estamos a cargo de aquel esclavo que era la ley.
26. Porque por la fe en Cristo Jesús sois todos vosotros hijos de Dios,
27. y por el bautismo habéis sido unidos a Cristo y habéis sido revestidos de él.
28. Ya no tiene importancia el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos sois uno solo.
29. Y si sois de Cristo, también sois descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo.