Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Filipenses 2:12-26 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

12. Por tanto, mis queridos hermanos, así como me habéis obedecido siempre cuando estaba entre vosotros, obedecedme más ahora que estoy lejos. Ocupaos de vuestra salvación con profunda reverencia,

13. pues Dios es quien hace nacer en vosotros los buenos deseos y quien os ayuda a llevarlos a cabo, según su buena voluntad.

14. Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones,

15. para que nadie encuentre en vosotros culpa ni falta alguna. Sed hijos de Dios sin mancha en medio de esta gente mala y perversa. Vosotros brilláis entre ellos como lumbreras en un mundo oscuro,

16. manteniendo firme el mensaje de vida. Así, cuando venga Cristo podré sentirme satisfecho por causa vuestra, sabiendo que no he corrido ni trabajado en vano.

17. Y aunque mi propia vida sea sacrificada para completar la ofrenda que hacéis a Dios por vuestra fe, yo me alegro y comparto esa alegría con todos vosotros.

18. Alegraos también vosotros y tomad parte en mi propia alegría.

19. Confiado en el Señor Jesús, espero enviaros pronto a Timoteo para alegrarme al recibir noticias vuestras.

20. Porque no tengo a nadie más que piense igual que yo y que de veras se preocupe por vuestro bien;

21. todos buscan su interés personal y no el interés de Jesucristo.

22. Pero ya sabéis del buen comportamiento de Timoteo y de cómo ha servido conmigo en el anuncio del mensaje, ayudándome como si fuera mi hijo.

23. Así que espero enviároslo en cuanto yo sepa cómo van mis asuntos;

24. aunque confío en el Señor que también yo mismo iré pronto.

25. Igualmente me ha parecido necesario enviaros al hermano Epafrodito, mi compañero de trabajo y de armas, a quien vosotros mismos me mandasteis para atender mis necesidades.

26. Él deseaba mucho veros a todos, y se sentía muy preocupado porque os habíais enterado de que se encontraba enfermo.

Leer capítulo completo Filipenses 2