7. Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí que el cuarto de los seres vivientes decía: “¡Ven!”
8. Miré, y vi un caballo amarillento, y el que lo montaba se llamaba Muerte. Tras él venía el que representaba al reino de la muerte, y se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra para matar con guerras, hambres, enfermedades y las fieras de la tierra.
9. Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi al pie del altar, vivos, a los que habían sido degollados por proclamar el mensaje de Dios y ser fieles a su testimonio.
10. Decían con fuerte voz: “Soberano santo y fiel, ¿cuándo juzgarás a los habitantes de la tierra y vengarás nuestra muerte?”
11. Entonces, a cada uno de ellos se le dio una vestidura blanca, y se les dijo que descansaran aún por un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus hermanos y compañeros en el servicio de Dios, que, como ellos, también habían de ser muertos.
12. Cuando el Cordero rompió el sexto sello, miré, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió negro como ropa de luto; la luna entera se volvió roja como la sangre,
13. y las estrellas cayeron del cielo a la tierra como caen los higos verdes cuando la higuera es sacudida por un fuerte viento.
14. El cielo desapareció como un papel que se enrolla, y todas las montañas y las islas fueron removidas de su lugar.
15. Los reyes de la tierra se escondieron en las cuevas y entre las rocas de las montañas, junto con los grandes, los jefes militares, los ricos, los poderosos y todos los esclavos y los hombres libres.
16. Y decían a las montañas y a las rocas: “¡Caed sobre nosotros, y escondednos de la presencia del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero!
17. Porque ya ha llegado el gran día del castigo, ¿y quién podrá resistir?”