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1 Corintios 15:38-53 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

38. Después Dios le da la forma que quiere, y a cada semilla le da el cuerpo que le corresponde.

39. No todos los cuerpos son iguales, sino que uno es el cuerpo del hombre, otro el de los animales, otro el de las aves y otro el de los peces.

40. Del mismo modo, hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero una es la hermosura de los cuerpos celestes y otra la hermosura de los terrestres.

41. El brillo del sol es diferente del brillo de la luna y del brillo de las estrellas; y, aun entre las estrellas, el brillo de una es diferente del de otra.

42. Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos: lo que se entierra es corruptible, lo que resucita es incorruptible;

43. lo que se entierra es despreciable, lo que resucita es glorioso; lo que se entierra es débil, lo que resucita es fuerte;

44. lo que se entierra es un cuerpo material, lo que resucita es un cuerpo espiritual. Así como hay cuerpo material, también lo hay espiritual.

45. Esto dice la Escritura: “El primer hombre, Adán, fue materia con vida.” En cambio, el último Adán es espíritu que da vida.

46. Sin embargo, lo espiritual no es primero, sino lo material. Después viene lo espiritual.

47. El primer hombre, hecho de tierra, procede de la tierra; el segundo hombre procede del cielo.

48. Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra, y los del cielo son como aquel que es del cielo.

49. Así como nos parecemos al hombre hecho de tierra, así también nos pareceremos al que es del cielo.

50. Quiero deciros, hermanos, que lo que es de carne y hueso no puede tener parte en el reino de Dios; que lo corruptible no puede tener parte en lo incorruptible.

51. Pero quiero que conozcáis este designio secreto de Dios: no todos moriremos, aunque todos seremos transformados

52. en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta y los muertos serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos transformados.

53. Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo incorruptible y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad.

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