3. También la gente de Moab se llenó de miedo al ver que los israelitas eran tan numerosos.
4. Entonces dijo la gente de Moab a los ancianos de Madián: “Toda esta gente va a acabar con nuestra tierra, como un buey acaba con el pasto del campo.”Por aquel tiempo Balac, hijo de Sipor, era rey de Moab,
5. y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, quien se encontraba en Petor, junto al río Éufrates, en el país de Amav. Balac ordenó a sus mensajeros que dijeran a Balaam: “De Egipto ha venido un pueblo que se ha extendido por todo el país y ahora se ha establecido delante de mí.
6. Ven en seguida y maldice a este pueblo por mí, pues es más fuerte que nosotros. Quizá así pueda yo derrotarlos y expulsarlos del país. Yo sé que tus bendiciones y tus maldiciones siempre se cumplen.”
7. Los ancianos de Moab y de Madián se fueron con dinero en la mano para pagar las maldiciones, y al llegar a donde estaba Balaam le dieron el mensaje de parte de Balac.
8. Balaam les dijo:–Quedaos aquí esta noche y yo os responderé según lo que el Señor me ordene.Los ancianos de Moab se quedaron con él.
9. Pero Dios se apareció a Balaam y le preguntó:–¿Quiénes son esos hombres que están contigo?
10. Balaam le respondió:–Balac, hijo de Sipor, que es rey de Moab, los envió a decirme
11. que un pueblo ha salido de Egipto y se ha extendido por todo el país. Balac quiere que yo vaya en seguida a maldecirlos, para ver si así puede derrotarlos y echarlos fuera de su territorio.
12. Entonces Dios dijo a Balaam:–No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo, porque a ese pueblo lo he bendecido yo.
13. Al día siguiente, Balaam se levantó y dijo a los jefes que había enviado Balac:–Regresad a vuestra tierra. El Señor no me permite ir con vosotros.
14. Los jefes de Moab regresaron a donde estaba Balac, y le dijeron:–Balaam no quiso venir con nosotros.
15. Pero Balac insistió y volvió a enviar otros jefes, esta vez en mayor número y de más importancia que los primeros.
16. Ellos fueron a ver a Balaam y le dijeron:–Balac, hijo de Sipor, nos manda a decirte: ‘Por favor, no te niegues a venir.