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Números 11:15-29 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

15. Si vas a seguir tratándome así, mejor será que me quites la vida, si es que de veras me estimas. Así no tendré que verme en tantas dificultades.

16. Pero el Señor le contestó:–Reúneme a setenta ancianos israelitas, de los que sepas que tienen autoridad entre el pueblo, y tráelos a la tienda del encuentro, y que esperen allí contigo.

17. Yo bajaré y hablaré allí contigo, y tomaré una parte del espíritu que tú tienes y se la daré a ellos para que te ayuden a sobrellevar a este pueblo. Así no estarás solo.

18. Luego manda al pueblo que se purifique para mañana, y comerán carne. Ya los he oído llorar y decir: ‘¡Ojalá tuviéramos carne para comer! ¡Estábamos mejor en Egipto!’ Pues bien, yo les voy a dar carne para que coman,

19. y no solo un día o dos, ni cinco o diez o veinte. No.

20. Comerán carne durante todo un mes, hasta que se les salga por las narices y les dé asco, porque me han rechazado a mí, el Señor, que estoy en medio de ellos, y han llorado y han dicho ante mí: ‘¿Para qué salimos de Egipto?’

21. Entonces Moisés respondió:–El pueblo que viene conmigo es de seiscientos mil hombres de a pie, ¿y dices que nos darás a comer carne durante un mes entero?

22. ¿Dónde hay tantas ovejas y vacas que se puedan matar y que alcancen para todos? Aun si les diéramos todo el pescado del mar, no les alcanzaría.

23. Pero el Señor le contestó:–¿Crees que es tan pequeño mi poder? Ahora verás si se cumple o no lo que he dicho.

24. Moisés salió y contó al pueblo lo que el Señor le había dicho, y reunió a setenta ancianos israelitas y los colocó alrededor de la tienda.

25. Entonces el Señor bajó en la nube y habló con Moisés; luego tomó una parte del espíritu que tenía Moisés, y se lo dio a los setenta ancianos. En cuanto el espíritu reposó sobre ellos, comenzaron a hablar como profetas; pero esto no volvió a repetirse.

26. Dos hombres, el uno llamado Eldad y el otro Medad, habían sido escogidos entre los setenta; pero no fueron a la tienda, sino que se quedaron en el campamento. Sin embargo, también sobre ellos reposó el espíritu, y comenzaron a hablar como profetas en el campamento.

27. Entonces un muchacho fue corriendo a decirle a Moisés:–¡Eldad y Medad están hablando como profetas en el campamento!

28. Entonces Josué, hijo de Nun, que desde joven era ayudante de Moisés, dijo:–¡Señor mío, Moisés, prohíbeles que lo hagan!

29. Pero Moisés le contestó:–¿Ya estás celoso por mí? ¡Ojalá el Señor diera su espíritu a todo su pueblo, y todos fueran profetas!

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