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Nehemías 2:8-19 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

8. y otra orden escrita para que Asaf, el guardabosques del rey, me diera madera para recubrir las puertas de la ciudadela del templo, así como para la muralla de la ciudad y para la casa donde yo tenía que vivir. Y el rey me lo concedió todo, porque yo contaba con la bondadosa ayuda de mi Dios.

9. Cuando llegué ante los gobernadores al oeste del Éufrates, les entregué las cartas del rey, quien además había enviado conmigo una escolta de caballería al mando de jefes del ejército.

10. Pero cuando supieron esto Sambalat el de Horón y Tobías, el funcionario amonita, se disgustaron mucho porque había llegado alguien interesado en ayudar a los israelitas.

11. Llegué por fin a Jerusalén. Y a los tres días de estar allí

12. me levanté de noche acompañado de varios hombres, pero no le dije a ninguno lo que Dios me había inspirado hacer por Jerusalén. No llevaba yo más cabalgadura que la que montaba.

13. Aquella misma noche salí por la puerta del Valle en dirección a la fuente del Dragón y a la puerta del Basurero, e inspeccioné la muralla de Jerusalén, que estaba derribada y tenía sus puertas quemadas.

14. Luego seguí hacia la puerta de la Fuente y el estanque del Rey; pero mi cabalgadura no podía pasar por allí.

15. Siendo todavía de noche subí a lo largo del arroyo, y después de haber inspeccionado la muralla, regresé entrando por la puerta del Valle.

16. Los gobernantes no sabían a dónde había ido yo, ni lo que andaba haciendo. Tampoco había yo informado hasta entonces a los judíos, es decir, a los sacerdotes, nobles, gobernantes y demás personas que habían de participar en la obra.

17. Así que les dije:–Vosotros sabéis bien que nos encontramos en una situación difícil, pues Jerusalén está en ruinas y sus puertas quemadas. Uníos a mí y reconstruyamos la muralla de Jerusalén, para que ya no seamos objeto de burla.

18. Y cuando les conté la forma tan bondadosa en que Dios me había ayudado y las palabras que me había dicho el rey, ellos respondieron:–¡Comencemos la reconstrucción!Con muy buen espíritu se animaron unos a otros.

19. Pero cuando lo supieron Sambalat el de Horón, Tobías el funcionario amonita, y Guésem el árabe, se burlaron de nosotros y nos dijeron con desprecio:–¿Qué os traéis entre manos? ¿Acaso pensáis rebelaros contra el rey?

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