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Levítico 8:22-32 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

22. Luego Moisés hizo que trajeran el otro carnero, el de la ceremonia de consagración, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero.

23. Después Moisés lo degolló, tomó un poco de sangre y untó con ella a Aarón la parte inferior de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho.

24. Luego hizo que se acercaran los hijos de Aarón, y también les untó con sangre la parte inferior de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho; después derramó la sangre restante por encima y alrededor del altar.

25. Luego Moisés tomó la grasa, la cola, toda la grasa que cubre las vísceras, la parte grasa que está sobre el hígado, los dos riñones con su grasa y el muslo derecho.

26. Del canastillo de los panes sin levadura que se pone ante el Señor, tomó Moisés una torta sin levadura, una torta amasada con aceite y una hojuela, y las puso junto con las grasas y el muslo derecho;

27. luego puso todo esto en las manos de Aarón y de sus hijos, para que celebraran ante el Señor el rito de presentación.

28. Luego recogió Moisés todo esto de sus manos y lo quemó en al altar junto con el holocausto, como ofrenda de consagración de aroma agradable: ofrenda quemada en honor del Señor.

29. Después Moisés tomó el pecho y celebró ante el Señor el rito de presentación. Esa parte del carnero de la consagración fue la que le tocó a Moisés, tal como el Señor se lo había ordenado.

30. Tomó luego Moisés un poco de aceite de consagrar y de la sangre que estaba sobre el altar, y los roció sobre Aarón y sus hijos, así como sobre la ropa sacerdotal de todos ellos. Así consagró a Aarón y a sus hijos, y la ropa sacerdotal de todos ellos.

31. Después Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: “Coced la carne a la entrada de la tienda del encuentro, y comedla allí mismo con el pan del canastillo de las consagraciones, tal como el Señor me lo ordenó cuando dijo: ‘Aarón y sus hijos comerán esta carne.’

32. Quemad después la carne y el pan que sobren,

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