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Josué 22:25-34 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

25. El Señor ha puesto el Jordán para separarnos de vosotros, los de las tribus de Rubén y de Gad. Vosotros no tenéis nada que ver con el Señor.’ Así vuestros hijos harían que los nuestros dejaran de sentir reverencia por el Señor.

26. Por eso pensamos construir un altar, no para ofrecer holocaustos al Señor ni presentar otros sacrificios,

27. sino para que sea un testimonio entre vosotros y nosotros, y entre nuestros descendientes, de que nosotros podemos servir al Señor y presentarnos ante él con nuestros holocaustos y con nuestros sacrificios por el pecado y de reconciliación. Así vuestros descendientes no podrán decir a los nuestros: ‘Vosotros no tenéis nada que ver con el Señor.’

28. Pensamos que si alguien nos dice eso a nosotros o a nuestros descendientes, podremos responder: ‘¡Mirad!, nuestros antepasados construyeron este altar del Señor, no para ofrecer holocaustos ni sacrificios, sino para que sirva de testimonio entre vosotros y nosotros.’

29. Dios nos libre de rebelarnos contra él, o de abandonarle, construyendo otro altar para ofrecer holocaustos u ofrendas de cereales, o para otros sacrificios, aparte del altar del Señor nuestro Dios que está delante de su santuario.

30. Cuando el sacerdote Finees, los jefes de la comunidad y los jefes de clanes que le acompañaban oyeron lo que decían los de Rubén y de Gad y los de la media tribu de Manasés, les pareció bien.

31. Entonces Finees, el hijo del sacerdote Eleazar, les dijo:–Ahora estamos seguros de que el Señor está con nosotros, pues vosotros no tratasteis de rebelaros contra él, y así nos habéis salvado del castigo del Señor.

32. Después de esto, Finees y los que le acompañaban se despidieron de ellos y regresaron de la región de Galaad a la de Canaán, donde estaban los israelitas. Cuando contaron a los que estaban en Canaán lo que habían contestado los de las otras tribus,

33. la respuesta les pareció bien, y alabaron a Dios. Desde entonces no hablaron más de atacar a las tribus de Rubén y de Gad, ni de destruir sus tierras.

34. Los descendientes de Rubén y de Gad pusieron al altar el nombre de “Testimonio”, diciendo: “Este altar será un testimonio entre nosotros de que el Señor es Dios.”

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