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Jeremías 44:5-22 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

5. Pero no me obedecisteis ni me hicisteis caso. En vez de dejar vuestra maldad, seguisteis ofreciendo incienso a otros dioses.

6. Entonces se encendieron mi ira y mi furor, y ardieron como un fuego en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Quedaron en ruinas y desiertas hasta el día de hoy.

7. ‘Así pues, yo, el Señor todopoderoso, el Dios de Israel, digo: ¿Por qué traéis sobre vosotros mismos ese mal tan grande? ¿Por qué hacéis que muera toda la gente de Judá, hombres, mujeres y niños, y hasta recién nacidos, de manera que no quede nadie?

8. ¿Por qué me ofendéis con vuestras acciones y ofrecéis incienso a otros dioses aquí en Egipto, donde habéis venido a vivir? Con ello vais a provocar vuestra propia destrucción, y os convertiréis en ejemplo de maldición y humillación entre todas las naciones de la tierra.

9. ¿Ya os habéis olvidado de todas las maldades que cometieron vuestros antepasados, y de las que cometieron los reyes de Judá y sus esposas, y de las que vosotros mismos y vuestras esposas cometisteis en el territorio de Judá y en las calles de Jerusalén?

10. Hasta ahora no habéis cambiado de conducta, ni habéis sentido temor, ni habéis cumplido las instrucciones y leyes que os di a vosotros y a vuestros antepasados.

11. ‘Por eso yo, el Señor todopoderoso, el Dios de Israel, os digo: He decidido traer mal sobre vosotros y destruir a todo Judá.

12. Haré que los que quedaron de Judá y se empeñaron en irse a vivir a Egipto, sean destruidos allá por completo. Todos, desde el más chico hasta el más grande, morirán por la guerra o el hambre, y se convertirán en ejemplo de maldición y humillación, en algo que causará terror.

13. Castigaré a los que vivan en Egipto como castigué a Jerusalén, con la guerra, el hambre y la peste.

14. Nadie de ese pequeño resto de Judá que se ha ido a vivir a Egipto podrá escapar o quedar con vida. Y aunque quieran volver a Judá para establecerse allí, no volverán, a no ser unos cuantos refugiados.’ ”

15. Entonces, aquellos que sabían que sus esposas ofrecían incienso a otros dioses, junto con las demás mujeres que se encontraban allí (todos los cuales formaban un grupo numeroso), más los judíos que vivían en la región sur de Egipto, respondieron a Jeremías:

16. –No haremos caso de ese mensaje que nos has traído de parte del Señor.

17. Al contrario, seguiremos haciendo lo que habíamos decidido hacer. Seguiremos ofreciendo incienso y ofrendas de vino a la diosa Reina del Cielo, como lo hemos hecho hasta ahora y como antes lo hicieron nuestros antepasados y nuestros reyes y jefes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Pues antes teníamos comida en abundancia, nos iba bien y no nos vino ninguna desgracia;

18. pero desde que dejamos de ofrecer incienso y ofrendas de vino a la Reina del Cielo, nos falta de todo, y nuestra gente muere de hambre o en la guerra.

19. Las mujeres añadieron:–Nosotras hacíamos tortas que representaban a la Reina del Cielo, y le ofrecíamos incienso y ofrendas de vino, pero todo ello con el consentimiento de nuestros esposos. Y lo seguiremos haciendo.

20. Entonces Jeremías respondió a todos los hombres y mujeres que le habían contestado de esa manera:

21. –¿Creéis que el Señor no se daba cuenta, o que se había olvidado de que vosotros y vuestros antepasados, vuestros reyes, vuestros jefes y el pueblo en general, ofrecíais incienso a otros dioses en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

22. Pero el Señor no pudo soportar más las malas acciones cometidas por vosotros y que a él tanto le disgustan. Por eso, vuestro país está hoy en ruinas y no hay nadie que viva en él; se ha convertido en ejemplo de maldición, en algo que causa terror.

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