5. El rey Sedequías les respondió:–Está bien, haced con él lo que queráis. Yo nada puedo contra vosotros.
6. Entonces ellos se apoderaron de Jeremías y lo metieron en la cisterna del príncipe Malquías, que se encontraba en el patio de la guardia. Lo bajaron con sogas a la cisterna, donde no había agua, sino lodo, y Jeremías se hundió en él.
7. Un etíope llamado Ébed-mélec, hombre de confianza en el palacio real, oyó decir que habían metido a Jeremías en la cisterna. Por aquel tiempo, el rey estaba en una sesión en la puerta de Benjamín.
8. Entonces Ébed-mélec salió del palacio real y fue a decirle al rey:
9. –Majestad, lo que esos hombres han hecho con Jeremías es un crimen. Lo han metido en una cisterna, y allí está muriéndose de hambre, porque ya no hay pan en la ciudad.
10. En seguida el rey ordenó a Ébed-mélec que se llevara con él a treinta hombres para sacar a Jeremías de la cisterna, antes que muriera.
11. Ébed-mélec se llevó a los hombres; del depósito de ropa del palacio tomó unos trapos viejos que bajó con sogas a Jeremías, a la cisterna,
12. y le dijo:–Ponte esos trapos bajo los brazos, para que las sogas no te hieran.Jeremías lo hizo así.
13. Entonces los hombres tiraron de las sogas y lo sacaron de allí. Después de esto, Jeremías se quedó en el patio de la guardia.