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Jeremías 26:9-24 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

9. ¿Cómo te atreves a decir en nombre del Señor que este templo quedará como el de Siló, y que esta ciudad será destruida y quedará sin habitantes?” Y todo el pueblo se agolpó en el templo, alrededor de Jeremías.

10. Los jefes de Judá, al oir lo que pasaba, fueron del palacio del rey al templo, y allí, en la puerta Nueva, se sentaron.

11. Entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: “Este hombre debe ser condenado a muerte, porque ha hablado contra esta ciudad. Vosotros lo oísteis con vuestros propios oídos.”

12. Jeremías se dirigió a los jefes y al pueblo y les dijo: “El Señor fue quien me envió a hablar en su nombre, y a decir contra este templo y esta ciudad todo lo que habéis oído.

13. Mejorad vuestra conducta y vuestras acciones, obedeced al Señor vuestro Dios y él no os enviará las calamidades que os ha anunciado.

14. En cuanto a mí, estoy en vuestras manos; haced conmigo lo que os parezca.

15. Pero, eso sí, sabed bien que, si me matáis, vosotros y los habitantes de esta ciudad seréis culpables de haber matado a un inocente; porque en verdad fue el Señor quien me envió a anunciaros claramente todas esas cosas.”

16. Entonces los jefes y el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: “No hay motivo para condenar a muerte a este hombre; nos ha hablado en nombre del Señor nuestro Dios.”

17. Algunos ancianos se levantaron y dijeron al pueblo que estaba allí reunido:

18. “En tiempos de Ezequías, rey de Judá, Miqueas de Moréset habló en nombre del Señor a todo el pueblo de Judá, diciéndole:‘El Señor todopoderoso dice:Sión quedará convertida en un campo arado,Jerusalén quedará hecha un montón de ruinasy la colina del templo se llenará de maleza.’

19. “¿Acaso el rey Ezequías y todo el pueblo de Judá mataron a Miqueas? Todo lo contrario: el rey sintió temor del Señor y le pidió que tuviera compasión de ellos. Entonces el Señor no envió contra ellos la calamidad que les había anunciado. ¿Y vamos nosotros a cargar con la responsabilidad de un crimen tan grande?”

20. También el profeta Urías, hijo de Semaías, de la ciudad de Quiriat-jearim, habló en nombre del Señor contra esta ciudad y contra el país, del mismo modo que Jeremías.

21. El rey Joaquim, sus funcionarios y sus jefes oyeron lo que él dijo, y el rey quiso hacerlo matar. Pero cuando Urías se enteró, tuvo miedo y huyó a Egipto.

22. El rey Joaquim envió a Egipto a Elnatán, hijo de Acbor, y a otros hombres,

23. los cuales trajeron de Egipto a Urías y lo entregaron al rey Joaquim, quien mandó que lo mataran y arrojaran su cadáver a la fosa común.

24. Ahicam, hijo de Safán, habló en favor de Jeremías, y esto hizo que no lo entregaran al pueblo para que lo matasen.

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