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Génesis 43:17-30 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

17. El mayordomo hizo tal y como José le ordenó, y los llevó personalmente;

18. pero ellos se asustaron porque los llevaban a la casa de José, y se dijeron:–¡Esto es un pretexto! Nos han traído aquí por el dinero que nos devolvieron la vez pasada. Van a atacarnos y hacernos trabajar como esclavos, junto con nuestros animales.

19. Así que, al llegar a la puerta de la casa, se acercaron al mayordomo para hablar con él,

20. y le dijeron:–¡Ay, señor! La otra vez vinimos de veras a comprar trigo,

21. pero cuando llegamos al lugar donde íbamos a pasar la noche, abrimos nuestros costales, y ahí, en la boca de cada costal, estaba el dinero de cada uno de nosotros. El dinero estaba completo. Ahora lo hemos traído para devolverlo,

22. y también trajimos más dinero para comprar trigo. Pero no sabemos quién puso nuestro primer dinero en los costales.

23. El mayordomo contestó:–Calmaos, no tengáis miedo. El Dios vuestro y de vuestro padre debe de haber puesto ese dinero en vuestros costales, pues yo recibí el dinero que habíais pagado.El mayordomo sacó a Simeón y lo llevó a donde estaban ellos;

24. luego llevó a todos a la casa de José, les dio agua para que se lavaran los pies, y también dio de comer a sus asnos.

25. Ellos prepararon los regalos y esperaron a que José llegara al mediodía, pues habían sabido que allí iban a comer.

26. Cuando José llegó a la casa, le dieron los regalos que habían traído y se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente.

27. José les preguntó cómo estaban, y también preguntó:–¿Cómo está vuestro padre, el anciano del cual me hablasteis? ¿Vive todavía?

28. Ellos hicieron una reverencia, y dijeron:–Nuestro padre, vuestro servidor, está bien. Todavía vive.

29. José miró a su alrededor, y vio a Benjamín, su hermano de padre y madre, y dijo:–¿Es este vuestro hermano menor, del cual me hablasteis? ¡Que Dios te bendiga, hijo mío!Al decir esto,

30. José se sintió tan emocionado de ver a su hermano, que le dieron ganas de llorar. Apresuradamente entró en su cuarto y se echó a llorar.

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