5. empezaron a gritarle a Lot:–¿Dónde están los hombres que vinieron a tu casa esta noche? ¡Sácalos! ¡Queremos acostarnos con ellos!
6. Entonces Lot salió a hablarles, y cerrando bien la puerta detrás de él
7. les dijo:–Por favor, amigos míos, no vayáis a hacer una cosa tan perversa.
8. Yo tengo dos hijas que todavía no han estado con ningún hombre; voy a sacarlas para que hagáis con ellas lo que queráis, pero no les hagáis nada a estos hombres, porque son mis invitados.
9. Pero ellos le contestaron:–¡Hazte a un lado! Solo faltaba que un extranjero como tú quisiera mandar sobre nosotros. ¡Pues ahora vamos a tratarte peor que a ellos!En seguida comenzaron a maltratar a Lot, y se acercaron a la puerta para echarla abajo;
10. pero los visitantes de Lot alargaron la mano y lo metieron dentro de la casa; luego cerraron la puerta
11. e hicieron que se quedasen ciegos los hombres que estaban fuera. Todos, desde el más joven hasta el más viejo, quedaron ciegos. Y se cansaban de andar buscando la puerta.
12. Entonces los visitantes dijeron a Lot:–¿Tienes más familiares aquí? Toma a tus hijos, hijas y yernos, y todo lo que tengas en esta ciudad; sácalos y llévatelos lejos de aquí,
13. porque vamos a destruir este lugar. Ya son muchas las quejas que el Señor ha tenido contra la gente de esta ciudad, y por eso nos ha enviado a destruirla.
14. Entonces Lot fue a ver a sus yernos, o sea, a los prometidos de sus hijas, y les dijo:–¡Levantaos y marchaos de aquí, porque el Señor va a destruir esta ciudad!Pero sus yernos no tomaron en serio lo que Lot les decía.
15. Como ya estaba amaneciendo, los ángeles dijeron a Lot:–¡De prisa! Levántate y llévate de aquí a tu esposa y a tus dos hijas, si no quieres morir cuando castiguemos a la ciudad.
16. Pero como Lot se retrasaba, los ángeles le tomaron de la mano, porque el Señor tuvo compasión de él. También tomaron a su esposa y a sus hijas, y los sacaron de la ciudad para ponerlos a salvo.
17. Cuando ya estaban fuera de la ciudad, uno de los ángeles dijo:–¡Corre, ponte a salvo! No mires atrás ni te detengas para nada en el valle. Vete a las montañas, si quieres salvar tu vida.
18. Pero Lot les dijo:–¡No, señores míos, por favor!