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Génesis 15:1-18 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

1. Después de esto, el Señor habló a Abram en una visión y le dijo:–No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy grande.

2-3. Pero Abram le contestó:–Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si, como tú bien sabes, no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados.

4. El Señor le contestó:–Tu heredero va a ser tu propio hijo, y no un extraño.

5. Entonces el Señor llevó fuera a Abram y le dijo:–Mira bien el cielo y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. Pues así será el número de tus descendientes.

6. Abram creyó al Señor, y por eso el Señor le aceptó como justo

7. y le dijo:–Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia.

8. –Pero, Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de heredar esta tierra? –contestó Abram.

9. Y Dios le dijo:–Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón.

10. Abram trajo todos estos animales a Dios, los partió por la mitad y puso cada mitad frente a la otra; pero no partió las aves.

11. Y los buitres bajaban sobre los cuerpos de los animales muertos, pero Abram los espantaba.

12. Cuando empezaba a anochecer, Abram se quedó profundamente dormido. De pronto le rodeó una gran oscuridad y sintió mucho miedo.

13. Entonces el Señor le dijo:–Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años.

14. Pero yo también castigaré a la nación que ha de hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas.

15. Por lo que a ti toca, morirás en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus antepasados.

16. Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.

17. Cuando ya era de noche y todo estaba oscuro, apareció un horno que echaba humo y una antorcha encendida que pasaba por en medio de los animales partidos.

18. Aquel mismo día el Señor hizo un pacto con Abram, diciéndole:–Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates.

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