20. Luego tomarás un poco de su sangre y rociarás con ella los cuatro cuernos, las cuatro esquinas del cuerpo central y todo el borde levantado. Así lo purificarás por completo del pecado.
21. Luego tomarás el becerro ofrecido por el pecado y lo quemarás fuera del templo, en el lugar destinado para ello.
22. Al día siguiente ofrecerás en sacrificio por el pecado un cabrito que no tenga ningún defecto, y los sacerdotes purificarán el altar de la misma manera que lo hicieron con el becerro.
23. Cuando termines estos ritos de purificación, tomarás un becerro y un carnero, ambos sin ningún defecto,
24. y me los ofrecerás. Que los sacerdotes los rocíen con sal y los quemen como holocausto en mi honor.
25. Diariamente, durante siete días, deberás ofrecer un cabrito como sacrificio por el pecado, y también un becerro y un carnero, todos sin ningún defecto.
26. Diariamente, durante siete días, los sacerdotes deberán purificar por completo el altar, para dedicarlo al uso sagrado.
27. Así lo harán durante siete días, y del octavo en adelante empezarán a ofrecer los holocaustos y los sacrificios de reconciliación. Entonces yo os recibiré con agrado. Yo, el Señor, doy mi palabra.”