29. Os libraré de todo lo que os manche. Haré que el trigo abunde y no volveré a enviaros hambre.
30. Haré también que los árboles y los campos den más fruto, para que no volváis a pasar vergüenza delante de las otras naciones por causa del hambre.
31. Y cuando os acordéis de vuestra mala conducta y vuestras malas acciones, sentiréis vergüenza de vosotros mismos por vuestros pecados y malas acciones.
32. Yo, el Señor, lo afirmo: Sabed, israelitas, que no hago esto porque vosotros os lo merezcáis; ¡sentid vergüenza y confusión por vuestra conducta!
33. ‘Yo, el Señor, digo: Cuando os purifique de todos vuestros pecados, haré que viváis en vuestras ciudades y que reconstruyáis las ruinas.
34. La tierra que había quedado desierta, en vez de seguir desierta será cultivada a la vista de todos los que pasan.
35. Y se dirá: Esta tierra, que había quedado desierta, ahora se parece al jardín de Edén; las ciudades que habían sido destruidas, arrasadas y convertidas en ruinas, ahora son fortalezas y están habitadas.