13. ‘Yo, el Señor, digo: A vosotras, montañas, os acusan de comeros a la gente y de dejar sin hijos a vuestro pueblo.
14. Pues bien, ya no volveréis a comeros a la gente ni a dejar sin hijos a vuestro pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo.
15. No permitiré que oigáis de nuevo los insultos de las naciones extranjeras; no recibiréis más ofensas de esos pueblos, porque no volveréis a dejar sin hijos a vuestro pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo.’ ”
16. El Señor se dirigió a mí y me dijo:
17. “Cuando los israelitas vivían en su tierra, la profanaron con sus malas acciones. Su manera de vivir era para mí algo sucio y repugnante.