Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Ezequiel 33:17-33 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

17. Tus compatriotas dirán que no actúo con justicia; pero en realidad son ellos los que no actúan con justicia.

18. Si el hombre bueno deja de hacer lo bueno y hace lo malo, morirá a causa de ello.

19. Y si el malvado deja de hacer lo malo y hace lo que es bueno y justo, a causa de ello vivirá.

20. Vosotros repetís: ‘El Señor no está actuando con justicia.’ Pero yo juzgaré a cada uno de vosotros, israelitas, de acuerdo con vuestras acciones.”

21. El quinto día del décimo mes del año doce de nuestro destierro, un hombre que había huido de Jerusalén vino y me contó que la ciudad había caído en poder del enemigo.

22. La noche antes de que llegara el huido, el Señor había puesto su mano sobre mí; y por la mañana, cuando vino el hombre, el Señor me devolvió el habla y dejé de estar mudo.

23. El Señor se dirigió a mí y me dijo:

24. “La gente que vive en esas ciudades de Israel que están en ruinas, anda diciendo: ‘Abraham era uno solo y, sin embargo, llegó a ser dueño del país; con mayor razón nosotros, que somos muchos, llegaremos a ser dueños del país.’

25. Por lo tanto, diles: ‘Así dice el Señor: Vosotros coméis carne con sangre, adoráis ídolos y cometéis asesinatos, ¿y creéis que vais a ser dueños del país?

26. Recurrís a la violencia de las armas, hacéis cosas que yo detesto, todos cometéis adulterio, ¿y creéis que vais a ser dueños del país?’

27. “Diles también: ‘Así dice el Señor: Juro por mi vida que los que viven en las ciudades en ruinas también serán asesinados, y a los que viven en el campo haré que se los coman las fieras, y los que viven en rocas y cuevas morirán de enfermedades.

28. Dejaré el país desierto y en ruinas, y destruiré la fuerza de la cual está tan orgulloso. Los montes de Israel quedarán desolados; nadie pasará por ellos.

29. Cuando yo deje desierto y en ruinas el país a causa de los pecados detestables que ellos cometieron, entonces reconocerán que yo soy el Señor.’

30. “Tus compatriotas hablan de ti junto a las murallas y en las puertas de las casas, y se dicen unos a otros: ‘Venid, vamos a oir el mensaje que ha venido de parte del Señor.’

31. Y así mi pueblo viene y se sienta delante de ti, como es su costumbre hacerlo, para oir tus palabras. Pero no las ponen en práctica. Las repiten como si fueran canciones amorosas, pero su corazón va tras el dinero.

32. Ellos te consideran como uno que canta canciones amorosas, que tiene hermosa voz y toca bien el arpa. Escuchan tus palabras, pero no las ponen en práctica.

33. Sin embargo, todo ello va a cumplirse; y cuando se cumpla reconocerán que sí había un profeta entre ellos.”

Leer capítulo completo Ezequiel 33