12. Yo te convertiré, Egipto, en el país más desolado: durante cuarenta años tus ciudades quedarán en ruinas, en peor estado que otras ciudades en ruinas; desterraré a tus habitantes y los dispersaré entre los demás países y naciones.
13. ‘Yo, el Señor, digo: Después de los cuarenta años, reuniré a los egipcios de los países adonde los había dispersado.
14. Haré que los prisioneros egipcios vuelvan y se instalen en el sur de Egipto, en su lugar de origen, donde formarán un reino sin importancia.
15. Será el reino menos importante de todos, y no volverá a levantarse por encima de las demás naciones. Lo haré tan pequeño que no podrá dominar a otros países;
16. y el pueblo de Israel no volverá a confiar en Egipto, pues esto les hará ver lo equivocados que estaban cuando fueron allá en busca de ayuda. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.’ ”
17. El día primero del primer mes del año veintisiete, el Señor se dirigió a mí y me dijo: