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Ezequiel 22:8-27 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

8. No respetan mis lugares sagrados ni mis sábados.

9. Por causa de sus mentiras, algunos de tus habitantes son culpables de que otros mueran; asisten a los banquetes que se celebran en los montes en honor de los ídolos, y hacen cosas detestables.

10. Algunos tienen relaciones sexuales con la esposa de su padre o abusan de la mujer que está en su periodo de menstruación.

11. Hay quienes cometen adulterio con la mujer de su prójimo, o tienen relaciones vergonzosas con su nuera, o hacen violencia a una media hermana.

12. Algunos de tus habitantes se dejan comprar para matar a otros. Prestan dinero a usura e interés, explotan y hacen violencia a su prójimo y se olvidan de mí. Yo, el Señor, lo afirmo.

13. ‘Yo estoy muy enojado por tus explotaciones y asesinatos.

14. No pienses que podrás hacerme frente cuando yo tome medidas contra ti. Yo, el Señor, lo he dicho y lo voy a cumplir:

15. te esparciré por todas las naciones, te dispersaré por todos los países y te limpiaré totalmente de tu impureza;

16. me harás quedar mal a los ojos de las demás naciones, pero reconocerás que yo soy el Señor.’ ”

17. El Señor se dirigió a mí y me dijo:

18. “El pueblo de Israel es para mí como el resto inservible que queda cuando se pone cobre, estaño, hierro, plomo o plata en el horno.

19. Por eso yo, el Señor, digo: Como todos vosotros os habéis convertido en un resto inservible, yo os reuniré en medio de Jerusalén.

20. Así como la plata, el cobre, el hierro, el plomo y el estaño se ponen juntos en un horno, y se atiza el fuego para fundirlos, así yo, en mi ira terrible, os reuniré y os pondré a fundir.

21. Sí, yo atizaré el fuego de mi ira, y os reuniré para fundiros en medio de la ciudad.

22. Así como se funde la plata en el horno, así seréis fundidos en medio de la ciudad, y así reconoceréis que yo, el Señor, he descargado mi ira contra vosotros.”

23. El Señor se dirigió a mí y me dijo:

24. “Tú, hombre, dile a Israel: ‘Eres un país castigado con falta de lluvias y de agua,

25. un país con gobernantes como leones, que rugen y despedazan su presa; que en su territorio devoran a la gente, roban sus tesoros, sus riquezas, y dejan viudas a muchas mujeres.

26. Los sacerdotes de este país tuercen el sentido de mis enseñanzas y profanan las cosas que yo considero sagradas; no hacen ninguna distinción entre lo sagrado y lo profano ni enseñan a otros a distinguir entre lo puro y lo impuro. No prestan atención a mis sábados ni me honran.

27. Los jefes de este país son como lobos que despedazan su presa, listos a derramar sangre y a matar gente con tal de enriquecerse.

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