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Ezequiel 21:8-26 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

8. El Señor se dirigió a mí y me dijo:

9. “Tú, hombre, habla en nombre mío y di que yo, el Señor, te he ordenado decir:‘¡La espada, la espada!Ya está afilada y pulida.

10. Afilada para hacer una matanzay pulida para lanzar rayos;

11. la hicieron pulir para que uno la empuñe.La espada está afilada y pulida,para ponerla en la mano del asesino.

12. Y tú, hombre, ¡grita, chilla,porque está destinada a matar a mi pueblo,a todos los gobernantes de Israel!Están condenados a morir con mi pueblo,así que date golpes de dolor.

13. Yo, el Señor, lo afirmo.’

14. “Tú, hombre, habla en nombre mío;incita a la espada a que hieracon el doble y el triple de furor.Es una espada para matar,la terrible espada de la matanzaque amenaza al pueblo por todas partes.

15. Ella los llenará de miedo;hará muchas víctimas.En todas sus casashe puesto la espada asesina.Es la espada pulida para lanzar rayos,afilada para la matanza.

16. ¡Afilada te quiero,a la derecha, a la izquierda,cortando a uno y otro lado!

17. Yo también la incitaré,hasta que mi ira se calme.Yo, el Señor, lo he dicho.”

18. El Señor se dirigió a mí y me dijo:

19. “Traza dos caminos, para que el rey de Babilonia pase con su espada. Los dos caminos deben salir del mismo país, y al comienzo de cada camino pondrás una señal que diga a qué ciudad conduce.

20. Trazarás un camino por donde pase el rey con la espada. Las ciudades son Rabá de los Amonitas y Jerusalén, la ciudad fortificada de Judá.

21. El rey de Babilonia se ha colocado donde comienzan los dos caminos, y consulta a la suerte: revuelve las flechas, consulta a sus dioses, examina hígados de animales.

22. A su mano derecha salió la flecha que señala a Jerusalén, y ello significa que debe atacarla con instrumentos de asalto y dar órdenes de matanza, lanzar gritos de guerra, atacar sus puertas, construir una rampa y rodearla por completo.

23. Pero a la gente de Jerusalén le parece que esta es una falsa profecía, por los pactos que han hecho. Pero en realidad es una acusación contra el pecado de ellos y un anuncio de su captura.

24. Por eso yo, el Señor, digo: Vuestras maldades y crímenes saltan a la vista; los pecados que cometéis en todas vuestras acciones están al descubierto. Por eso seréis capturados.

25. Y a ti, rey de Israel, criminal malvado, se te acerca el momento de recibir el castigo final.

26. Yo, el Señor, digo: Te quitarán el turbante y te arrebatarán la corona, y todo será diferente. ¡Llegue a la cumbre lo que está en el llano y caiga por tierra lo que está en la cumbre!

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