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Ezequiel 16:7-26 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

7. Te hice crecer como una planta del campo. Te desarrollaste, llegaste a ser grande y te hiciste mujer. Tus pechos se hicieron firmes y te brotó el vello; pero estabas completamente desnuda.

8. ‘Volví a pasar junto a ti y te miré; estabas ya en la edad del amor. Extendí mi manto sobre ti, cubrí tu cuerpo desnudo y me comprometí contigo; hice un pacto contigo y fuiste mía. Yo, el Señor, lo afirmo.

9. Te bañé, te limpié la sangre y te perfumé;

10. te puse un vestido de bellos colores y sandalias de cuero fino; te di un cinturón de lino y un vestido de finos tejidos;

11. te adorné con joyas, te puse brazaletes en los brazos y un collar en el cuello;

12. te puse un anillo en la nariz, aretes en las orejas y una hermosa corona en la cabeza.

13. Quedaste cubierta de oro y plata; tus vestidos eran de lino, de finos tejidos y de telas de bellos colores. Te alimentabas con el mejor pan, y con miel y aceite de oliva. Llegaste a ser muy hermosa: te convertiste en una reina.

14. Te hiciste famosa entre las naciones por tu belleza, que era perfecta por el encanto con que te adorné. Yo, el Señor, lo afirmo.

15. ‘Pero confiaste en tu belleza y te aprovechaste de tu fama para convertirte en una prostituta, entregando tu cuerpo a todo el que pasaba.

16. En las colinas, hiciste con tus vestidos tiendas para el culto pagano, y te prostituiste en ellas.

17. Tomaste las joyas de oro y de plata que yo te había regalado e hiciste figuras de hombres para prostituirte con ellos;

18. les pusiste tus vestidos de bellos colores y les ofreciste mi aceite y mi incienso.

19. El pan que yo te había dado, que era de la mejor harina, y el aceite y la miel con que te había alimentado, se los ofreciste a ellos como ofrenda de olor agradable. Yo, el Señor, lo afirmo.

20. ‘Tomaste también a los hijos e hijas que tuve contigo y los sacrificaste a esos ídolos, como alimento para ellos. ¿Te parecía poco haberte convertido en prostituta,

21. que además sacrificaste a mis hijos entregándolos a morir quemados en honor de esos ídolos?

22. Con tu detestable vida de prostituta ya no te acuerdas de cuando eras niña y estabas completamente desnuda, pataleando en tu propia sangre.

23. ‘Esto afirmo yo, el Señor: ¡Ay de ti! Además de todos los males que hiciste,

24. te construiste en todo sitio despejado un lugar donde dar culto a los ídolos y entregarte a la prostitución.

25. Al término de todo camino construiste tales lugares, y convertiste tu belleza en algo detestable ofreciendo tu cuerpo a todo el que pasaba, en continuos actos de prostitución.

26. Practicaste la prostitución con tus vecinos, esos egipcios de gran potencia sexual, y provocaste mi ira con tus continuos actos de prostitución.

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