Capítulos

  1. 1
  2. 2
  3. 3
  4. 4
  5. 5
  6. 6
  7. 7
  8. 8
  9. 9
  10. 10
  11. 11
  12. 12
  13. 13
  14. 14
  15. 15
  16. 16
  17. 17
  18. 18
  19. 19
  20. 20
  21. 21
  22. 22
  23. 23
  24. 24
  25. 25
  26. 26
  27. 27
  28. 28
  29. 29
  30. 30
  31. 31
  32. 32
  33. 33
  34. 34
  35. 35
  36. 36
  37. 37
  38. 38
  39. 39
  40. 40

Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Éxodo 33 Dios Habla Hoy con Deuterocanónicos Versión Española (DHHED)

El Señor ordena proseguir la marcha

1. El Señor dijo a Moisés:–Anda, vete de aquí con el pueblo que sacaste de Egipto. Id a la tierra que prometí a Abraham, Isaac y Jacob que daría a sus descendientes.

2. Yo enviaré mi ángel para que te guíe, y echaré fuera del país a los cananeos, amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos.

3. Id a la tierra donde la leche y la miel corren como el agua. Pero yo no iré entre vosotros, no vaya a ser que os destruya en el camino, pues sois gente muy terca.

4. El pueblo se entristeció al escuchar estas duras palabras, y nadie se puso sus joyas,

5. pues el Señor había dicho a Moisés:–Diles a los israelitas: ‘Vosotros sois gente muy terca. ¡Si yo estuviera entre vosotros, aunque solo fuera un momento, terminaría por destruiros! Quitaos ahora mismo vuestras joyas, y ya veré luego qué hacer con vosotros.’

6. Y así, a partir del monte Horeb, los israelitas dejaron de usar sus joyas.

La tienda del encuentro con Dios

7. Moisés tomó la tienda de campaña y la puso a cierta distancia fuera del campamento, y la llamó “tienda del encuentro con Dios”. Cuando alguien quería consultar al Señor, iba a la tienda, que estaba fuera del campamento.

8. Y cuando Moisés iba a la tienda, toda la gente se levantaba y permanecía de pie a la puerta de su propia tienda de campaña, siguiendo a Moisés con la mirada hasta que éste entraba en la tienda.

9. En cuanto Moisés entraba en ella, la columna de nube bajaba y se detenía a la puerta de la tienda, mientras el Señor hablaba a Moisés.

10. Y cuando la gente veía que la columna de nube se detenía a la puerta de la tienda, cada uno se arrodillaba a la puerta de su propia tienda en actitud de adoración.

11. Dios hablaba con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo, y después Moisés regresaba al campamento. Pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, nunca se apartaba del interior de la tienda.

El Señor muestra su gloria a Moisés

12. Moisés dijo al Señor:–Mira, tú me pides que yo dirija a este pueblo, pero no me dices a quién vas a enviar conmigo. También dices que tienes mucha confianza en mí y que me he ganado tu favor.

13. Pues si esto es cierto, hazme saber tus planes, para que yo pueda tener confianza en ti y pueda seguir contando con tu favor. Ten presente que este pueblo es tu pueblo.

14. –Yo mismo te acompañaré y te haré descansar –dijo el Señor.

15. Pero Moisés le respondió:–Si tú mismo no vas a acompañarnos, no nos hagas salir de aquí.

16. Porque si tú no nos acompañas, ¿de qué otra manera podrá saberse que tu pueblo y yo contamos con tu favor? Solo así, tu pueblo y yo podremos distinguirnos de los demás pueblos de la tierra.

17. –Esto que has dicho también lo voy a hacer, porque tengo confianza en ti y te has ganado mi favor –le afirmó el Señor.

18. –¡Déjame ver tu gloria! –suplicó Moisés.

19. Pero el Señor contestó:–Voy a hacer pasar toda mi bondad delante de ti, y delante de ti pronunciaré mi nombre. Tendré misericordia de quien yo quiera, y tendré compasión también de quien yo quiera.

20. Pero te advierto que no podrás ver mi rostro, porque ningún hombre podrá verme y seguir viviendo.

21. Dijo también el Señor:–Mira, aquí junto a mí hay un lugar. Ponte de pie sobre la roca.

22. Cuando pase mi gloria, te pondré en un hueco de la roca y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.

23. Después quitaré mi mano, y podrás ver mis espaldas; pero mi rostro no debe ser visto.